Diagnóstico del fracaso escolar
Siempre hemos de ver y valorar a qué responde el hecho de que un niño no pueda seguir el ritmo de su clase, no entienda o no pueda o no quiera hacer los ejercicios/actividades que se esperan de él, no aprenda al ritmo que se espera de él, se le haga insoportable el hecho de tener evaluaciones, calificaciones o notas, que los nervios le jueguen malas pasadas, que los bloqueos psicológicos le dejen paralizado, que la vergüenza le impida estar bien con sus compañeros y/o maestros, así como un largo sinfín de situaciones similares. En Clínica Viher, entendemos que todos estos síntomas están en relación con lo emocional y con la subjetividad de cada niño y no tanto con sus capacidades; son éstas, junto a su rendimiento académico, lo que se ve afectado por lo clínico-emocional. Cuando hay dificultades de atención, inquietud o impulsividad en el aula, conviene valorar un posible TDAH con un psicólogo infantil especialista.