La agorafobia forma parte de los llamados trastornos de la ansiedad. La agorafobia, está fuertemente relacionada con los trastornos de pánico y se caracteriza principalmente por una fuerte angustia ante los lugares abiertos y concurridos. Los síntomas de la agorafobia son los propios de la ansiedad y vienen acompañados de un temor intenso a perder el control, a entrar en crisis, a la muerte…
La persona que sufre agorafobia puede verse fuertemente limitada en su vida diaria, ya que normalmente este trastorno viene acompañado de conductas inhibitorias que buscan mantenerse alejado el objeto fóbico. Evitando de ese modo, enfrentarse a situaciones como salir a la calle, utilizar el transporte público, viajar…
La terapia para la agorafobia tiene que apuntar en dos direcciones. Por un lado, es necesario que la persona que sufre agorafobia tenga más recursos para gestionar las crisis. En este sentido, la terapia para la agorafobia tiene que orientar al paciente hacia otra manera de hacer en los momentos de pánico. Por otro lado, es importante que la terapia para la agorafobia vaya más allá de los síntomas y permita que el paciente pueda resolver la causa que desencadena esos síntomas.
Es necesario valorar en una primera entrevista, qué tipo de tratamiento es el más adecuado para la agorafobia. Algunos casos necesitan tratamiento farmacológico para la agorafobia, el cual permite que la persona pueda reducir su ansiedad. En otros casos, se optará por tratamiento psicoterapéutico exclusivamente, y en otros por el tratamiento combinado de terapia y medicación. Para determinar cuál es el tratamiento más eficaz para la agorafobia, es necesario primero hacer una buena valoración del caso en particular.
